Oportunidades para el campo mexicano en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible FAO.
Este reporte es el resultado del trabajo conjunto de todas las áreas técnicas de la Oficina de Asociación y Enlace de la FAO en México con apoyo de las Oficinas descentralizadas de FAO en América Latina y la Sede.
El documento tiene como fin contribuir a la discusión vigentes orientadas a diagnosticar y ofrecer soluciones que promueva la inclusión social y económica de las familias mexicanas en particular las que se encuentran por debajo de los estándares de bienestar mínimo o en situación de vulnerabilidad.
El reporte se divide en tres partes:
-La primera da cuenta de la realidad del sistema alimentario en México
-La segunda se concentra en las políticas, programas y proyectos públicos
-La Tercera presenta un conjunto de recomendaciones que la FAO en México
La erradicación de la pobreza y la inseguridad alimentaria requiere considerar las transformaciones de las relaciones rural-urbano.
En ese sentido, el enfoque de sistema alimentario permite identificar causas y soluciones a la pobreza y la malnutrición y hacer explícito que las áreas rurales o semi-rurales son las productoras de alimentos, mientras que las ciudades pequeñas o grandes son las principales consumidoras de alimentos.
La visión incompleta del vínculo urbano y realidad -rural se traduce en marcos legales y diseño de políticas públicas sectoriales que no se articulan en el territorio. Ya que su fragmentación se refleja en un marco jurídico que comprende al menos 54 leyes que regulan la vida rural.
Dentro de ese marco legislativo, el instrumento más relevante es en México la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, cuyo propósito es coordinar las acciones de los distintos organismos que operan en las zonas rurales, reducir duplicidades, dar consistencia a las intervenciones y crear sinergias entre los entes públicos y privados. Para ello se diseñó el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable, el cual reúne en un solo presupuesto los recursos que, en el año de 2018, ocho secretarías y el Ramo 33 ejercen en el sector rural.
En el presupuesto del PEC se observa que, casi seis de cada diez pesos invertidos en el campo van a programas sociales, de educación y salud, en tanto, sólo dos programas a políticas de apoyo productivo, que tiene como propósito incrementar la productividad de los productores, así como coadyuvar en el combate al hambre, la pobreza, y las carencias alimentarias por medio del apoyo a la agricultura de pequeña y mediana escala, que se encuentran en localidades de media, alta y muy alta marginación. Ello, en un marco de sustentabilidad y generación de oportunidades, fortaleciendo la autosuficiencia alimentaria.
Es imprescindible implementar estrategias promuevan el desarrollo de toda la población, con especial atención al desarrollo de los niños, la población indígena y los adultos mayores, con el objeto que sean ellos los responsables del desarrollo de sus comunidades.
Se hace énfasis en que, las áreas rurales son las grandes productoras de alimentos, mientras que, las ciudades, sean pequeñas o grandes, son las principales consumidoras de alimentos. La transformación de las áreas rurales observada en los últimos años ha favorecido el vínculo de sus habitantes con actividades de mayor valor agregado. En ese sentido, la industria –en particular la agroindustria- y los servicios han cobrado cada vez más relevancia como fuentes de empleo y de ingresos en las áreas rurales.
Por lo que respecta a la integración del sistema alimentario se subraya su composición al actuar como puntos de entrada y salida de la nutrición:
La cadena de suministro de alimentos abarca todas las etapas que recorren los alimentos desde su producción hasta su consumo.
El entorno alimentario hace referencia al contexto físico, económico, político y sociocultural y, el comportamiento de los consumidores refleja las elecciones de los consumidores, tanto en el hogar como a título particular, sobre los alimentos que se adquieren, almacenan, preparan y consumen y sobre la distribución de los alimentos en la familia.
En este sentido, un sistema alimentario es la suma de los diversos elementos, actividades y actores que, mediante sus interrelaciones, hacen posible la producción, transformación, distribución y consumo de alimentos.
En cierta medida, todos los sistemas alimentarios están interconectados y la suma de ellos constituye un sistema alimentario global el cual se relaciona y complementa con otros sistemas como el energético, el de transporte, financiero, de protección social, comercial, de inocuidad, calidad alimentaria, de información, entre otros.
Asimismo, tanto en las áreas rurales como urbanas se observa la transición alimentaria y nutricional, que acompañada por la migración interna que influye en el crecimiento de las ciudades, impulsa la existencia y demanda de alimentos como carnes, lácteos, y productos procesados (FAO, 2015), y reduce paulatinamente la participación del consumo de alimentos tales como cereales, leguminosas y verduras.
Finalmente, el enfoque de sistemas alimentarios permite resaltar la participación de las mujeres en el ámbito productivo y laboral rural, aunque es necesario resaltar que ellas participan activamente; las jefas de hogar en las zonas rurales, son quienes reciben menos ingresos promedio y son altamente dependientes de las trasferencias públicas siendo más vulnerables a la falta de empleo formal y activos productivos.
El valor económico de la producción de las mujeres rurales se ha incrementado en los últimos años. Durante 2015 y 2016, el valor de la producción pasó de 58,881 millones de pesos a 75 042 millones de pesos, lo que representa un incremento en su participación del 13 al 15% del valor total de la producción agropecuaria a nivel nacional.
En el 2015, la participación de las mujeres rurales representó el 31,3% y mientras que el 21,1% de las mujeres indígenas se declaró ser económicamente activa (INEGI, 2017).
El 93.5% de las mujeres rurales son vulnerables por carencias sociales, al no contar con acceso a los satisfactores básicos en México, de acuerdo al INEGI el 31.4% presenta este tipo de vulnerabilidad pero no es vulnerable por ingreso; entre las principales carencias sociales se encuentra el rezago educativo con 33.3%; 18.3% es carencia social por falta de acceso a servicios de salud; 78.1% no tiene acceso a seguridad social y 25.7% es vulnerable por no acceder a la alimentación.
Gráfica realizada por el CEDRSSA con datos de las estadísticas a propósito del día internacional de las mujeres rurales 2014 INEGI.
Se observa el rol creciente de las mujeres, la relevancia de los pueblos indígenas en el control y manejo de los recursos naturales, así como cambios en los patrones de migración interna y externa; En 2010, alrededor de 14.5 millones de mujeres vivían en las áreas rurales, de las cuales solo el 18% tenían derechos agrarios.
POBLACIÓN NACIONAL
RURAL |
|||
Tipo
de Población |
Mujeres |
Hombres |
Total |
Población
Nacional |
63
419 973 |
60
149 428 |
123
569 401 |
Población
Rural |
14
510 497 |
14
097 299 |
28
607 796 |
Datos obtenidos del INEGI Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2014.
Actualmente se registran 764,000 ejidatarias, 286,000 comuneras, 198,000 posesionarias y 614 000 propietarias privadas, es decir, 1,9 millones de mujeres actualmente son dueñas de la tierra. La mayor presencia de las mujeres con derechos agrarios (más del 53,4%) se localizan en Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Guerrero, México y Puebla (Registro Agrario Nacional. RAN, 2016 e Instituto Nacional de Estadística y Geografía. INEGI, 2007).
A partir de la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI, la población indígena asciende a 12 millones 25 mil 947 personas, que constituye el 10.1% de la población total, de los cuales el 51.2% viven en localidades de menos de 2500 habitantes, es decir 6 millones de indígenas se ubican en zonas rurales, de modo que el 51.1% son mujeres o sea 3.1 millones son mujeres indígenas en zonas rurales, de éstas el 85.1% se encuentran en situación de pobreza, de tal forma que 40% de ellas se ubican en pobreza moderada y 45% en pobreza extrema.

FAO. 2019. El sistema alimentario en México - Oportunidades para el campo mexicano en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.