NOTA PUBLICADA: ANIMAL POLÍTICO
Investigadores del Centro de
Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria
(CEDRSSA) de la Cámara de Diputados advirtieron que, ante los efectos del
cambio climático que se viven en el mundo, es necesario modificar los métodos
de producción agropecuaria en México.
México sufrirá más que otros
países los efectos del cambio climático: expertos
“El cambio climático es un
fenómeno difícilmente revisable, que más bien se intensificará en el futuro,
por lo que una de las principales recomendaciones para la el sector
agropecuario mexicano es desarrollar estrategias de adaptación. Las áreas
agrícolas de temporal en México tendrán que adaptarse a un escenario de más
temperatura y menos agua; de aquí que las tecnologías de producción actuales y
futuras deberán adaptarse bajo condiciones de escasez”, señalaron los
investigadores en su más reporte “El cambio climático y el sector agropecuario
en México”.
Citando diversas investigaciones
que han explorado la magnitud del impacto del cambio climático en el sector,
como la de Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), indicaron
que “la agricultura en México puede verse afectada por la presencia de plagas,
insectos y eventos meteorológicos extremos a causa” de este fenómeno.
“El incremento de la temperatura
afectará el crecimiento de algunos cultivos, sobre todo si aumenta el consumo
de agua y la proliferación de plagas”.
No solo eso. A decir de los
investigadores del CEDRSSA, el estudio del INEEC detalló que la agricultura en
México se presenta en 22 millones de hectáreas del país, es decir, 11 % del
territorio nacional; 5.7 millones son áreas de riego y 16.3 de temporal, de
allí la importancia de modificar los métodos de producción.
“Como medidas de adaptación para
México, América Central y el Caribe (se) propone la gestión integral de suelos
y de recursos hídricos, capacitación a los agricultores sobre el cambio
climático, el fomento de buenas prácticas agroecológicas, la diversificación de
cultivos, incluyendo variedades resistentes y rescate de semillas criollas”.
Además, mencionaron que el
documento “México: El sector Agropecuario ante el Desafío del Cambio
Climático”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) y la SAGARPA, “proyecta algunos de los
impactos del cambio climático en las actividades agropecuarias, estimando a
través del impacto de variaciones en la temperatura, precipitación y de la
presencia de efectos climatológicos extremos como heladas, sequias, huracanes y
lluvias extremas en las diferentes regiones geográficas de México”.
La política sobre cambio
climático ha sido un fracaso en México, reconoce el Instituto de Ecología
Ante esto, señalaron que en
varias partes del mundo los agricultores han comenzado a implementar algunas
medidas de adaptación de bajo costo, “como modificar las fechas de inicio de
siembra o cambiar a otra variedad o tipo de cultivo”.
Sin embargo, advirtieron que esas
medidas voluntarias no serán suficientes para hacer frente al cambio climático
y, por lo tanto, “será necesaria la aplicación de medidas de adaptación
planeada que incluyan componentes locales, regionales, nacionales e incluso
internaciones. Las medidas de adaptación más efectivas requerirán de un
esfuerzo interdisciplinario en el que participen, entre otros, agrónomos,
economistas, ingenieros, geógrafos, entre otras especialidades”.
Entre las medidas que propusieron
los investigadores, mismas que se han implementado en otros países, se
encuentran: aumentar el nivel de conocimiento que los agricultores tienen sobre
el cambio climático; mejorar los niveles de educación y las habilidades de las
poblaciones rurales; crear e introducir variedades resistentes a la
temperatura; generar sistemas de alerta temprana sobre la temporalidad y
severidad de las lluvias; fortalecer los sistemas formales e informales de
intercambio de semillas; mejorar la infraestructura física; resolver los
problemas de falta de acceso al crédito y de falta de seguros agrícolas.
Cambio climático: de 2015 a 2018,
los 4 años más cálidos de la historia.
Las medidas antes mencionadas,
indicaron, pueden considerarse como de “adaptación tradicionales”. Pero
recientemente se ha empezado a promover una nueva categoría de prácticas de
adaptación basadas en ecosistemas, entre las que se encuentran el
establecimiento de áreas protegidas y los sistemas de pagos por servicios
ambientales.
“La idea básica es que se pueden promover o mejorar las capacidades que los ecosistemas tienen de aislar a las comunidades humanas de los efectos adversos del cambio climático por medio de la provisión de servicios ambientales (un ejemplo típico es la protección ante tormentas y huracanes que los manglares proveen a las poblaciones locales)”.
Indicaron que aun cuando México ha sido promotor y líder mundial en lo que respecta a la instrumentación de políticas públicas, para hacer frente al problema del cambio climático, “la evidencia muestra que los logros obtenidos han sido limitados. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector agropecuario se han incrementado sustancialmente, como los expertos lo han pronosticado, (por lo que) si no se logran estabilizar las emisiones de GEI, el impacto del cambio climático en la producción agropecuaria y en la vida rural tendrá consecuencias negativas de gravedad”.