NOTA PUBLICADA: EL POPULAR
A pesar de su papel fundamental en el desarrollo rural, las mujeres tienen una baja representación en sus núcleos agrarios, asegura la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe sobre México. En Puebla, la brecha de género se manifiesta en el hecho de que apenas 26.6 por ciento de las mujeres rurales son ejidatarias, comuneras o posesionarias en dichos núcleos.
Sin embargo,
nuestro estado se encuentra por encima de la media nacional, que es de 20.6 por
ciento, y sólo por debajo de la Ciudad de México (34.4%), Guerrero (28.1%),
Baja California (27.9%) y Oaxaca (27.4%), de acuerdo con las últimas cifras
disponibles.
El acceso a
la tierra, asegura el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y
la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, posibilita la participación
directa de las mujeres en las actividades productivas, generando ingresos para
el hogar, pero también siendo candidatas a programas de apoyo del gobierno,
acceso a créditos y más importante aún, el inicio de procesos de participación
social y empoderamiento al interior de sus hogares y comunidades.
Las mujeres
rurales poblanas, aunque “beneficiadas” del proceso de feminización del campo
mexicano del que hablan algunas especialistas —producto del abandono del campo
por parte de los hombres que emigran a los Estados Unidos—, aún se enfrentan a
una serie de condiciones que les dificultan el acceso a una parcela.
Las mujeres
se convierten en posesionarias, generalmente, a través de la herencia, el
matrimonio o la posesión conjunta, y sólo en algunos casos por medio de la
compra.
María Eugenia
Buznego, María Marroni y María Rivermar analizan los casos de Tianguismanalco
(Valle de Atlixco), Santa María de la Encarnación Xoyatla (Mixteca) y San
Miguel Acuexcómac (Valle del Tentzo), donde registraron una marcada migración
de varones hacia Nueva York, Nueva Jersey y Los Ángeles.Nota original