Reseña | Libro: “Agroecología: Ciencia y Política”.


Blog de opinión
27 de septiembre del 2019

Reseña | Libro: “Agroecología: Ciencia y Política”.


El libro Agroecología: ciencia y política tiene como objetivo la agroecología como tema que involucra alimentación, campesinado, agricultura, movimientos sociales, conocimientos técnico científicos y conocimientos locales, ecológicos, tradicionales e indígenas. 

El tema de la agroecología es conocido entre biólogos, agrónomos, antropólogos, tomadores de decisiones, campesinos e indígenas, así como movimientos y colectivos que luchan por una agricultura justa, limpia y armónica.

Señala que la agroecología debería denominarse agricultura recuperativa, por su capacidad para recuperar los paisajes agrícolas esquilmados, para hacer de la agricultura un refugio seguro, social y ecológico para las comunidades de los pueblos y la biodiversidad. Y todo ello capturando carbono, mejorando los suelos, produciendo alimentos nutritivos y mejorando los medios de vida.

Se subraya que existe una agroecología liderada por un bando institucional que la concibe como una herramienta adicional para la agricultura convencional y la producción de alimentos industrializados. Por otro lado, existe una agroecología propia de un bando de científicos, activistas, agricultores ecológicos, ONG’s y movimientos sociales. Para todos ellos, la agroecología es una alternativa a la producción industrial y una vía para cambiar el actual sistema alimentario.

Cuando se habla de agroecología se debe tener una idea sustentada en la agricultura tradicional, principalmente familiar y campesina, que puede ayudar a solucionar algunos problemas medioambientales a los que nos enfrentamos en la actualidad muchas de las sociedades de este planeta.

El capítulo Principios de la agroecología el cual se divide en seis secciones: rasgos agroecológicos de los sistemas agrícolas tradicionales, papel ecológico de la biodiversidad en los agroecosistemas, la matriz ecológica, principios para el diseño de sistemas agrícolas diversificados, conversión agroecológica de las fincas y diversificación intencional. Una de las premisas que fundamenta es que las raíces de la agroecología se encuentran en la racionalidad de la agricultura llevada a cabo por grupos indígenas y campesinos en muchos lugares del mundo. 

La segunda premisa es que la agroecología no se basa en recetas técnicas, sino en principios; por eso mismo no se trata de una agricultura de insumos, sino de procesos. Para que las tecnologías derivadas de la aplicación de los principios estén en consonancia con las necesidades y circunstancias de las familias campesinas. 

Lo anterior permite entender que detrás de la amplia diversidad de agroecosistemas existentes, hay principios que los caracterizan a saber: niveles muy altos de biodiversidad; sistemas para conservar y gestionar los recursos edáficos e hídricos; biodiversidad para la soberanía alimentaria a diversas escalas; resiliencia y robustez para mitigar diversos tipos de riesgos; conocimiento tradicional con constantes innovaciones; y  valores culturales y formas de organización social colectivas para acceder a los recursos y beneficios. 

Este capítulo contiene también una compilación de resultados de otras investigaciones respecto a diversos temas, por ejemplo: la diversidad genética, la diversidad de especies cultivadas, la integración del ganado en sistemas silvopastoriles, el papel ecológico de la biodiversidad en los agroecosistemas. Sobre este último, se explica el concepto de diversidad funcional en los sistemas agrícolas: “En general, hay muchas más especies que funciones, por lo que la redundancia es una característica de la biodiversidad y forma parte del agroecosistema. La biodiversidad mejora las funciones del ecosistema, porque los componentes que pueden parecer redundantes al final quizá resulten importantes ante un cambio medioambiental inesperado” (Rosset y Altieri, 2019: p. 31).

Otros temas que se abordan son la matriz ecológica, los principios para el diseño de sistemas agrícolas diversificados, sobreproducción, regulación de plagas, la diversidad y resiliencia ante el cambio climático, la evolución de la productividad, el síndrome de producción y la diversificación intencional. 

Se subraya que los diseños agroecológicos han de formularse específicamente para cada lugar; lo que puede considerarse universal no son las técnicas, sino los principios subyacentes de la sostenibilidad. De poco sirve transferir tecnologías de un lugar a otro si el conjunto de interacciones ecológicas asociadas a esas técnicas no puede replicarse (Altieri 2002).

El capítulo Historia y corrientes del pensamiento agroecológico, se presenta un análisis de temas como la descampesinización que ocurre cuando las grandes compañías o los Estados acaparan la tierra, expulsan a los campesinos de sus fincas y territorios, y reconfiguran estos últimos como territorios del agronegocio, la minería, el turismo o el desarrollo de grandes infraestructuras y recampesinización que es la recuperación de la tierra y el territorioen manos del agronegocio y otros grandes terratenientes, bien sea mediante la reforma agraria, la ocupación de tierras u otros mecanismos del mundo rural. 

En una primera sección de este capítulo, se presenta el origen de aquellas personas que han contribuido a estudiar, aplicar y difundir la agroecología desde diversas partes del mundo.

Se narran los aportes de Rudolf Steiner, teórico alemán que sentó las bases de un enfoque un tanto esotérico de la agricultura que hoy se denomina agricultura biodinámica y aumenta la fertilidad de los suelos y la sanidad vegetal mediante preparados de plantas medicinales, minerales y estiércol vacuno que se aplican al suelo y a los cultivos para fortalecer una agricultura más sana y productiva. Además, habla sobre Sir Albert Howard, que fue pionero de la agricultura orgánica a partir de sus observaciones de los sistemas y prácticas agrícolas en la India, habiendo sido fue destinado a la India por las autoridades coloniales británicas para mejorar las prácticas agrícolas de los campesinos indios. 

Se encuentra también Franklin Hiram King quien había documentado la resistencia al paso del tiempo de los sistemas agrícolas tradicionales de China merced a un uso de estrategias agrícolas autóctonas resilientes, así como los aportes sobre Lady Eve Balfour  quien ayudó a popularizar la agricultura orgánica con la publicación de La tierra viviente (Balfour 1949).También se menciona a Basil M. Bensin, quien usó por vez primera el concepto de agroecología en 1930, así como a Wolfang Tischler quien realizó la primera publicación titulada Agroecología. 

Se discute cómo la disciplinas como la antropología, la etnoecología, la sociología rural, los estudios del desarrollo y la economía ecológica, han impactado en los estudios de agroecología, impacto que se encuentra principalmente en la discusión del desarrollo rural y subrayando que Latinoamérica fue la región del planeta donde más rápido progresó la agroecología, adoptada en un primer lugar por centenares de organizaciones no gubernamentales (ONGs) preocupadas por las consecuencias ecológicas y sociales de la Revolución Verde. 

Por último, se ofrece un breve panorama de otras corrientes de agricultura alternativa, por ejemplo, el papel de la agricultura orgánica, del comercio justo, y la postura de ahorro de tierras frente a la de tierra compartida. Ambas posturas tienen como objetivo conservar la biodiversidad, pero difieren en el tipo de agricultura que debe emplearse. También se describe la postura de la matriz de la naturaleza, que intenta compaginar conservación de biodiversidad, producción de alimentos y soberanía alimentaria, igualmente se describe al ecofeminismo como una corriente dentro de la agroecología que visibiliza los aportes de la mujer campesina, se sitúa al ecofeminismo en particular, y al pensamiento holístico y ecológico en general, como representantes de una racionalidad mucho más femenina, como es la de vivir juntos con la Naturaleza, algo similar a lo que  se ha dado el nombre en Sudamérica el buen vivir, o la racionalidad indígena del vivir bien con las demás personas y la Madre Tierra.

Se comenta que la agroecología aumenta y diversifica los ingresos de las familias campesinas y también genera una diversidad de responsabilidades para toda la familia; y que, durante la transformación de un monocultivo en una finca agroecológicamente diversificada, los roles y las responsabilidades de los miembros de la familia campesina también se diversifican. El feminismo ha sido una corriente importante dentro del pensamiento agroecológico y puede convertirse en una parte esencial de los procesos agroecológicos, a la vez que estos procesos pueden contribuir a fortalecer el feminismo.

El capítulo, Evidencias de la efectividad de la agroecología, se parte de la premisa de que aumentar la producción de alimentos no reduce la pobreza si no se altera la concentración del poder económico. En este sentido, se muestran las evidencias de casos específicos en los cuales las prácticas y el manejo agroecológico permite incrementar la productividad de los agroecosistemas, contribuye al mejoramiento de la seguridad alimentaria y aumenta el ingreso económico de las familias campesinas. 

Al hablar de llevar a escala la agroecología, nos explica sobre la agricultura campesina y familiar y las ventajas significativas sobre la agricultura industrial, tanto para las personas, como para nuestro planeta, realizando un análisis de los procesos sociales que han permitido mantener vigente la agricultura agroecológica. Además, se hace una revisión del concepto de escalamiento desde cuatro aspectos, empezando por el cuantitativo como una organización o un programa ampliando su dimensión mediante un incremento del número de personas o familias, o bien de su cobertura geográfica, este tipo de escalamiento es el más evidente, y es equivalente al crecimiento o a la expansión; el Funcional se da, por su parte, cuando un programa u organización añaden nuevas actividades a su cartera, por ejemplo incorporando un enfoque nutricional a las prácticas agronómicas; el Político ocurre cuando se obtiene un cambio estructural de las políticas públicas mediante una incidencia eficaz con el Estado y el de organización cuando una organización local o de base aumenta su capacidad organizativa y mejora su eficacia, su eficiencia y la sostenibilidad del proceso. 

Posteriormente, las reagrupan en un escalamiento vertical y horizontal. El primero se refiere a la institucionalización de las políticas de apoyo a la agricultura agroecológica y el segundo, el escalamiento horizontal, implica que más familias y territorios lleven a cabo prácticas agroecológicas. De esta forma, vertical y horizontalmente se trata de expandir la agroecología, de construir territorios agroecológicos, sin embargo, existen barreras, por ejemplo: problemas de tenencia de tierra; necesidades de los agricultores en materia de conocimiento y de información; sesgos persistentes, barreras ideológicas y epistemológicas y falta de conocimientos prácticos; especificidad de cada lugar; falta de organizaciones campesinas; barreras económicas; políticas agrícolas nacionales y problemas de infraestructura. 

El resto del capítulo detalla cómo la organización es fundamental para romper las barreras antes mencionadas, utilizando como ejemplos los movimientos campesinos a campesino, la vía campesina, las escuelas de agroecología y la agricultura natural con presupuesto cero. De estos casos exitosos se extraen ocho factores que consideran reproducibles: 1) organización social, 2) metodología y pedagogía de procesos sociales horizontales, 3) protagonismo campesino, 4) prácticas agronómicas que funcionen, 5) discurso y marco motivadores, 6) oportunidad política, aliados externos, líderes carismáticos, campeones locales, 7) conexión de la producción local con los mercados locales y regionales, 8) políticas públicas favorables. Este capítulo concluye con la experiencia de los movimientos sociales rurales y de las organizaciones de agricultores y campesinos, el grado de organización y la amplitud con la que se emplean las metodologías sociales horizontales basadas en el protagonismo de los agricultores y campesinos para la construcción colectiva de los procesos sociales, ya que son determinantes a la hora de masificar y escalar la agroecología.

El capítulo La política de la agroecología, se debate sobre la agroecología como un terreno en disputa tanto en su arena material como en su arena inmaterial la disputa territorial se lleva a cabo en todos los frentes posibles: económico, social, político, cultural, teórico e ideológico. En el caso del campo, esto provoca disputas entre los movimientos sociales rurales y el agronegocio, las empresas mineras y otras formas de capitalismo extractivista y sus aliados en los gobiernos, sobre los territorios materiales e inmateriales. 

La disputa sobre los territorios materiales se refiere a la lucha por acceder, controlar, utilizar, transformar o (re)configurar la tierra y el territorio físico. El territorio inmaterial se refiere al campo de las ideas, a los constructos teóricos, y no existen territorios materiales en disputa que no estén asociados a la contestación de los territorios inmateriales.

El capítulo está centrado en la parte política que es parte de la agroecología y se detalla cómo el sistema económico dominante intenta apropiarse de la agroecología. A causa de los intentos del agronegocio y demás actores del sistema alimentario industrial por pintar de verde su discurso, rechazaron asimilar la agroecología al estilo de la producción industrial en monocultivo de alimentos orgánicos y al de enfoques similares promovidos por el sector privado y las instituciones dominantes.

Asimismo, se da un seguimiento en la forma en que la FAO abandera el movimiento agroecológico y las transformaciones que ha enfrentado en esta lucha. Por ejemplo, Los gobiernos de Francia y de Brasil apoyan el proceso de agroecología incipiente en la FAO, mientras que los Estados Unidos y sus aliados se posicionaron en contra.

En conclusión, el libro de Rosset y Altieri hace reflexionar sobre lo que consumimos y la forma en que es producido. Además, sirve de base para comprender y analizar cómo y por qué la agroecología ha despertado interés en la geopolítica global a la vez que el agrocapitalismo intenta enfrentar algunas de sus contradicciones, y de qué manera los movimientos sociales pueden salir fortalecidos defendiendo la agroecología como alternativa al tipo de desarrollo dominante y como un componente esencial de la transformación postcapitalista.


Libro: “Agroecología: Ciencia y Política”.

Autores: Peter Rosset y Miguel Altieri.

Editorial: Miguel Ángel Porrúa.

Coeditores: Universidad Autónoma de Zacatecas, Red Internacional de Migración y Desarrollo.

Año: 2019, cuarta edición.